¡Mirá las cosas que tiene la vida...
encontrarte aquí, inesperadamente!
Mirá cómo cambia el sentido de la mañana
si sé que voy a encontrarte,
así, tan tenue y sutil.
Y ahí estás, como jugando a la escondida,
como jugándote la vida.
Es un segundo que te veo,
un flash que triza las distancias.
En el segundo que sigue me sorprendo.
Sonrío. Te extraño.
Vuelvo a la ciudad con una cosquilla
y pienso: "¡Mirá las cosas que tiene la vida...
encontrarte aquí, inesperadamente!"
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